India es multitud, es explosión de luz y color. Son sonrisas y miradas profundas. Es espiritual y mágica, es única. Este país me atrapó para siempre…
Hace tiempo que pienso en subir este post pero, sinceramente, no quería que llegara este momento. Estos dos años viviendo en India han pasado demasiado rápido, aún me cuesta asumir que ya no volveremos más, al menos de la misma manera y en las mismas condiciones que lo habíamos hecho antes. Ha sido una experiencia increíble, de la que hemos aprendido mucho y hemos intentado aprovecharla al máximo visitando diferentes lugares del país. Hemos contemplado el Taj Mahal desde diferentes perspectivas y con diferentes luces, hemos navegado por los canales de Kerala y apreciado su naturaleza más salvaje. Nos hemos bañado en las playas del océano Índico, hemos paseado por inmensos parques, mercados de flores y templos, pero también nos hemos perdido por las abarrotadas y caóticas calles de las grandes ciudades como Delhi, Calcuta o Bombay, esquivando el tráfico más arriesgado y loco que jamás habíamos visto.
Además, hemos tenido el privilegio de poder vivir muy de cerca el gran ambiente que se respira en los estadios de fútbol. Cada partido es vivido y celebrado como una final y escuchar el tan emotivo himno de la India al comienzo de cada encuentro hacía que cada vez que me sentaba en las gradas se me pusiera la piel de gallina. Y es que el fútbol se vive con pasión en todo el mundo, pero en la India todo parece vivirse de una manera mucho más intensa.
Solo puedo agradecer la gran acogida por parte de muchas personas que hemos conocido a lo largo de nuestra experiencia en la India increíble. Así es como la llaman: Indredible India. Y lo entiendo, porque si hago un balance de todas nuestras aventuras hasta ahora, podría decir que ésta ha sido, sin lugar a dudas, la más enriquecedora que hemos vivido nunca. El amor y el cariño recibido por parte de los indios, esas miradas y esas sonrisas al cruzarme con ellos por la calle, esas carantoñas a Blanca en las mejillas… Haber podido vivir todo esto antes del Coronavirus no tiene precio….sentir el calor de la gente y poder tocarnos , abrazarnos… Y es que India es contacto, es sentir el afecto de las personas a través de sus gestos y sus miradas, pero también a través de sus apretones de manos. Me siento muy afortunada de haber podido vivir allí , pasear por las calles de Bangalore cada día, sin prisas, observando y percibiendo la esencia del país, sus colores y sus gentes. Sus aromas, que aunque muchas veces no son agradables, se intercalan con pinceladas de olor a flores y especias.
Al llegar y ver lo diferente que era todo me di cuenta que había muchas maneras de percibir esa experiencia. Yo decidí vivirla con positivismo y con energía, apreciando lo que la vida me estaba regalando, disfrutando y exprimiendo cada momento como si fuera un regalo, guardando todos los recuerdos en lo más profundo de mi memoria. Y como siempre había hecho, documentándolo todo con fotografías por si mi memoria algún día fallara, para que en el mañana no falten nunca las emociones y sobren las palabras.
Gracias India, por hacerme vivir una de las mejores experiencias de mi vida. Ojalá pueda pisarte pronto.
Para despedirme os dejo una colección de mis fotos favoritas de estos dos años, espero que os gusten!


































































































5 Comments
Increíble fotos , cada una expresa tanto que me hiciste volver a través de las fotos a India ❤️ Eres una
Gracias amor! me alegro mucho que hayas vuelto a viajar con mis fotografías, fue un placer compartir parte de esta gran experiencia con vosotros.
Que bonito Marta, creo que no se puede explicar mejor, cuantos recuerdos bonitos vividos juntos. Espero volver a vivirlos , si no en la India en otro cualquier sitio.
Gracias Marisa!!! Ojalá podamos compartir muchos más momentos con vosotros en un futuro!!!
Thank you!!1