Viajar en familia a Islandia: Playa de Reynisfjara, Vik y el cañón de Fjadrárgljúfur, lugares con magia.
En los posts anteriores de Islandia os enseñaba nuestras cascadas favoritas, la visita rápida que hicimos a las islas Vestman, una ruta por la península de Snaefellsnes o la excursión de un día por el Círculo Dorado.
Nuestro viaje continuó por el sur en dirección este, siguiendo la carretera principal llegamos hasta una de las playas con más magia de la isla: Reynisfjara Black Sand Beach. Esta es, sin duda, la playa más famosa de Islandia. Quedé fascinada con este lugar, el vuelo de los cientos de aves que anidan en los acantilados, las rocas que salen del agua y la forma tan única de las columnas de basalto hacen que este sitio sea un espectáculo para la vista. Da igual si llueve, da igual si está nublado o si hay niebla, cualquier tipo de luz en Islandia es bonita.









Con suerte, si miras hacia los acantilados podrás ver frailecillos. Son unas aves muy simbólicas en Islandia y que me recuerdan a los pingüinos por su aspecto y colores. Nos hizo mucha ilusión encontrar varios sobrevolando la zona, porque nos habían dicho que no era tarea fácil verlos. Y aunque sólo de lejos, pude hacer alguna foto.








Pasada esta playa preciosa, hicimos noche en Vik, en el Hostal Puffin. Vik es un pueblo costero muy tranquilo y con un encanto especial. El día de nuestra visita el clima era húmedo y frío, subimos a la colina para visitar su pintoresca iglesia de tejado rojo y un poco más arriba me sorprendió la luz que alumbraba las tumbas del cementerio, con la niebla que tapaba las montañas del fondo. Era una estampa de cuento, los caballos acababan de darle magia al paisaje. Las vistas desde allí arriba eran preciosas, se podía distinguir la forma de las rocas de la playa de Reynisfjara pero desde otra perspectiva.

















Vik me pareció un pueblo imprescindible para conocer si vas de viaje a Islandia y recomendado para hacer noche y coger fuerzas para seguir con tu viaje por el este. De camino a los glaciares nos adentramos por un camino de pura casualidad que nos llevó a un cañón muy sorprendente: Fjadrárgljúfur. Se puede hacer un a ruta andando y en pocos minutos las vistas son espectaculares.








Y hasta aquí esta parte del viaje, me despido hasta el próximo post, donde veréis la ruta por la parte de los glaciares.
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